Es cierto, hay imágenes tan obvias y expresivas que no necesitan aclaración alguna. Pero cuando hablamos de la comunicación de tu empresa el tema es muy distinto. Te expresas con palabras en todos tus canales; en tu web, en tus catálogos, tu blog, tu newsletter y sobre todo y lo más importante: las personas que la componen, desde el comercial, hasta quién lleva la contabilidad. Entonces, ¿por qué no cuidamos más qué decimos y cómo lo decimos? Son las palabras las que humanizan tu negocio, las que lo hacen más o menos amable, confiable, cercano, serio … Y son estas emociones las que te acercan o te alejan de tu público.
Veamos unos ejemplos:
“Por otros 50 años agradeciendo su confianza”- Bankinter
“Te devolvemos las comisiones que te cobran otros bancos. Eso sí que es ir a contracorriente, ¿eh?” – Evo
“People in Progress: larga vida a replantearse las cosas” – ING DIRECT
Tres bancos, tres tonos, tres personalidades claramente diferenciadas, tres posicionamientos diferentes. Tres tonos estratégicamente definidos en función de la personalidad de la marca y del público al que se dirige.
Una de las tareas más complicadas en branding es dar vida a la personalidad de una marca. En esto consiste la definición de la identidad verbal: conseguir que los valores, atributos o arquetipos definidos sobre el papel sean percibidos por las audiencias de forma real y tangible, pero sobre todo de forma intuitiva.
La definición del tono, de los mensajes y de los contenidos que comunica una marca es una herramienta estratégica que multiplica el potencial de expresión de la comunicación.
Para definir la identidad verbal de una marca debemos trabajar en estos tres campos:
- El tono
- Los mensajes
- El territorio verbal de la marca
El tono
El tono de tu empresa al comunicarse debe ser coherente con los atributos y valores que la definen. Si decimos que es una marca atrevida y transgresora el tono de su comunicación debe ser acorde. Recogemos los atributos de nuestra personalidad de marca que más nos identifican y los desarrollamos verbalmente.
Un truco que ayuda a definir el tono es pensar en tu empresa como si fuera una persona que reúne los mismos atributos ¿cómo hablaría? ¿qué expresiones usaría? ¿sería formal, técnica y seria? ¿O sería cercana, amable e informal?
El tono definirá el lenguaje que has de utilizar en tus soportes de comunicación y la forma en la que te dirigirá a tu público. Es tan importante como los colores y las imágenes para que tu público te perciba de la forma deseada.
Los mensajes
Definir qué le vamos a contar a los distintos públicos es fundamental. Adecuar los contenidos a las distintas personas con las que nos comunicamos. Si somos una bodega, ¿hablaremos igual al restaurante que queremos que nos prescriba que al consumidor final? Para definir de forma correcta los mensajes es fundamental analizar las necesidades e intereses de los distintos públicos.
- Los mensajes deben adaptarse a los públicos, sin embargo, el tono debe ser fiel a la personalidad de la marca. Siempre.
El territorio verbal de la marca
El territorio verbal de la marca es un cuadro, un resumen que nos servirá para tener siempre presentes las pautas definidas.
- Contenidos: qué vamos a contar
- Forma: cómo lo vamos a contar. Hace referencia al tono de voz (desenfadado, serio, formal, amable …)
- Lo que se puede: ejemplos correctos que hacen referencia a los dos puntos anteriores
- Lo que no se puede: ejemplos de cómo NO debemos comunicarnos en función de lo que hemos dicho que debía ser la forma y el contenido.
Un esfuerzo inicial que te ayudará a dar coherencia a tu comunicación, a acercarte a tu público y a que tu empresa y producto se perciba de la forma deseada. Merece la pena este esfuerzo, ¿no crees? Llámanos y te ayudamos a lograrlo.