Seguro que a ti te pasa como a mi cuando tienes que tomar una decisión de compra. Tienes tanto donde elegir que no sabes por donde tirar. Pero siempre hay algo que te ayuda a decidir:
- Una información extra sobre el producto / servicio.
- Una explicación cercana que te da confianza.
- Una forma de comunicar transgresora que va contigo.
- Un discurso más serio que aporta credibilidad.
En definitiva, todo ello son mensajes. Formas y contenidos que conforman el mensaje del producto o servicio elegido. La idea que tu marca genera en el público, la posibilidad de que te compre otra vez, o mejor aún, de que te prescriba dependerá de qué mensaje se asocie con ella, pero, ¿cómo construir estos mensajes?
Más adelante te doy 4 claves para comprender cómo se construyen estos mensajes.
Puede ser que estés pensando que el precio es decisivo, pero esto no es del todo cierto; casi todos estamos dispuestos a pagar un poquito más a cambio de sentirnos seguros con lo que compramos. Además, a ti como empresa, no te conviene posicionarte por precio. Para diferenciarte por precio debes ser el más barato de tu categoría y que aún así te quede un margen suficiente para que tu negocio sea rentable ¿difícil, no?
Seguro que si llevas la importancia del mensaje al nivel personal lo ves súper claro. Amor, odio, atracción, deseo, rechazo, admiración, simpatía … todos ellos sentimientos que surgirán en función de los mensajes y el comportamiento que tengamos y, evidentemente, de con quien interactuemos. Las relaciones se construyen así, con gestos, palabras, comportamientos. Si lo tenemos tan claro a nivel personal ¿por qué no pensamos en ello a la hora de construir la marca de nuestra empresa?
Tu marca es mucho más que tu logo y tus colores. Es más, estos por si solos no van a lograr posicionarte en el mercado de la forma que tú quieres. Tu marca es el mensaje que lanzas a tu público: su contenido, su tono, su forma, su frecuencia. Todo ello ayuda a que tus clientes y tu público potencial se haga una idea de quién eres, de cómo eres.
Son estos mensajes los que llenarán de contenido tu marca y los que le darán la personalidad adecuada para acercarte a tu público. ¡Pero ojo! Esto no va de contar grandes historias ni de inventarse una epopeya con tu producto como estrella principal. Esto va de convertir a tu marca en alguien de confianza para su público y hay dos premisas básicas para lograrlo: verdad y coherencia.
4 claves para dotar de contenido a tu marca a través de los mensajes
- La personalidad de tu marca, sus valores y su promesa de marca dan la pauta de cómo debe ser el tono de tus mensajes: formal, atrevido, cercano, amistoso, técnico …
- El contenido que ofrezcas a tu público debe ser de valor para él. No vale el yo, mi, me, conmigo. Por ejemplo; si eres una bodega de vinos podría ser interesante que le recomiendes maridajes. Si lo tuyo es un producto que no se vende al gran público preocúpate de que tus prescriptores te tengan en mente, incluso de que el público final te demande.
- La elección de los canales y herramientas adecuados a tu público es un aspecto fundamental. ¿Tendría sentido escribir sobre un producto técnico de alta seguridad en Tuenti? Es un ejemplo llevado al extremo pero seguro que así está claro a qué me refiero.
- Por último, pero no menos importante, hablamos de la forma que han de tener tus mensajes, siempre coherente con el tono elegido y con la personalidad. La forma de escribir daría para otra colección de artículos y seguro que más adelante escribimos sobre esto, pero algunos aspectos claves serían:
- Claro y conciso
- Oraciones cortas
- Verbos en formas personales (los reflexivos y pasivas dan la sensación de que quieres eludir tu responabilidad)
- Subraya las ideas principales
- Deja claro el objetivo del mensaje
- Huye de palabras vacias de contenido
¡Espero que este artículo te haya servido de orientación! Si necesitas ayuda con el contenido de tu marca sólo tienes que llamarnos.